Una vasija quebrada
En esta ocasión quisiera hablar de un personaje importante en las Escrituras llamado Saulo de Tarso que fue un miembro de los fariseos y estudió a los pies de un rabino judío llamado Gamaliel. Él era defensor de las tradiciones judías y creía que lo que hacía era correcto. Él fue un perseguidor de los cristianos y aprobó la muerte de Esteban que fue el primer mártir de la iglesia cristiana en el libro de Hechos.
Saulo creía que servía a Dios matando a los cristianos ya que el creía que era una secta que se había alejado de Dios e iba en contra de las costumbres judías. Finalmente, Jesús se aparece en el camino a Damasco y le hace una pregunta de porque lo perseguía y le da la orden de ir a Damasco a hacer lo que tenía que hacer. Finalmente, Saulo quedó ciego ante tal visión y fue llevado a Damasco con ayuda de sus hombres donde no vió nada y se quedó sin comer y beber 3 días.
Saulo oró y el Señor le respondió a través donde recuperó la visión y fue bautizado y lleno del Espíritu Santo listo para llevar a cabo la misión que Jesús le había encomendado.
El Señor a veces quebranta nuestro orgullo ya que a veces confiamos mucho en nuestros propios esfuerzos y como Saulo a veces somos gente religiosa que a veces creemos que lo que hacemos está bien pero eso desagrada a Dios. La religión no te va a salvar, sólo Jesús salva.
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