La generosidad

   Cada vez que comenzamos un nuevo año o un nuevo ciclo, se abre ante nosotros una oportunidad invaluable: reflexionar y ordenar nuestras prioridades hacia lo que realmente tiene un propósito eterno. Es por ello que, las palabras de Jesús, en el pasaje de hoy, nos desafían a cambiar nuestra perspectiva: "... la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes."

  Ahora imagina, por un momento, ¿cómo sería tu vida si vivieras guiado por esa verdad? Si dejaras de perseguir la acumulación de cosas y redirigieras tu energía hacia lo que perdura , ¿qué cambiaría en tu día a día? ¿Cómo sería tu relación con los demás, con Dios, contigo mismo? Piensa por un momento: ¿cómo sería tu vida si tu corazón se alineara con esta perspectiva de Dios?

 Quien elige abrazar esta verdad destaca por su generosidad, una generosidad que brota de un corazón libre de la esclavitud al materialismo. Este tipo de generosidad no se limita a dar cosas, sino que se traduce en construir relaciones significativas, servir con amor a quienes más lo necesitan y reflejar el carácter de Jesús en cada acto. La generosidad, en su esencia, es el fruto de un alma que ha encontrado libertad en Dios y es algo que debemos practicar todos los días.

  " También les dijo: Manténganse atentos y cuídense de toda avaricia, porque la vida del hombre no depende de los muchos bienes que posea. " (Lucas 12:15).

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