La vida después de la pérdida
¿ Estás temeroso, ansioso y preocupado por la vida? ¿Atraviesas por una dolencia física, una herida emocional o una adversidad dolorosa? Job, aunque experimentó más dolor del que cualquiera de nosotros pudiera imaginar, el Señor bendijo más los últimos años de su vida que los primeros (versículo 12).
Normalmente se recuerda a Job por la grave y desgarradora tragedia que sufrió. Las pérdidas de sus hijos, su riqueza y su salud se registran en los primeros capítulos del libro de Job. La mayor parte del texto documenta su lucha contra la pérdida, la decepción y la desesperación. No es sino hasta el último capítulo que nos enteramos de su restauración:
" El Señor bendijo más los últimos antes de Job que los primeros, pues llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas" (versículo 12).
Casi siempre leemos la conclusión del testimonio de Job como un final inmediato, de cuento de hadas. Al reflexionar de nuevo sobre su historia, podemos darnos cuenta de que Dios no le devolvió a Job lo que perdió, sino que bendijo la vida que le quedaba. La bendición de Dios no se produjo de la noche a la mañana, sino que fue un proceso que implicaría la participación de Job.
"Después de que Job rogó por sus amigos, el Señor sanó también la aflicción de Job y aumentó al doble todo lo que Job había tenido " (Job 42:10).
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