Esperar con valentía
Un conocido predicador cristiano dijo una vez: " Cuando Dios nos quita algo suele ser porque tiene mucho más para nosotros." Entre soltar lo que esperábamos y recibir lo que Dios tiene para nosotros, hay un tiempo de proceso, paciencia y preparación. Muchos creyentes suponen que las temporadas de espera, que se perciben como un desierto, son un retroceso, pero en realidad son un avance. Pero, ¿por qué? Porque crecemos espiritualmente, fortalecemos nuestra fe y experimentamos una mayor intimidad y comunión con Jesús.
En las época de transición, debemos recordar que los retrasos no son bloqueos y que las decepciones no son callejones sin salida, sino puertas hacia una esperanza, una fe y una confianza más profundas en el Dios vivo.
El pasaje de hoy afirma esta verdad, David estaba lidiando con una temporada de incomodidad y se sentía desviado y frustrado por los períodos de espera. David conoció la sensación de ser ungido en su juventud como el próximo rey que reemplazaría a Saúl, pero tuvo que esperar años antes de que le impusieran la corona.
¿Qué haces cuando tienes la unción de un rey, pero tienes la responsabilidad de un pastor? ¿Podría ser que Dios te está usando al cuidar ovejas, para entrenarte a pastorear rebaños como un rey?
A veces, no necesitas trasladarte a un nuevo lugar, o pedirle a Dios que te mueva, simplemente necesitas mostrarte diferente donde estás. Se requiere valor para salir y dar un paso hacia algo nuevo, pero también se precisa mucha fe y valor para quedarse donde estás y esperar a que llegue tu momento. Viviendo en el anonimato, en la oscuridad, David cuidó de las ovejas fielmente, luchando contra el león y el oso con valentía.
" ¡Espera en el Señor! ¡Infunde a tu corazón ánimo y aliento! ¡Sí, espera en el Señor!" (Salmo 27:14).
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