Yo soy la resurrección y la vida
¿Has vivido alguna vez el momento oportuno para un mic drop? Consiste en dejar caer intencionalmente el micrófono al final de una actuación o discurso, como señal de triunfo. Según un artículo que analiza mic drops famosos, el acto señala el final de una intervención tan concluyente que es imposible continuar.
Jesús no tenía micrófono cuando llegó a Betania para resucitar a Lázaro, pero la declaración "YO SOY" del pasaje de hoy constituye, sin duda, un momento para mic drop. Es una revelación que te deja boquiabierto.
"Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás" (versículos 25 y 26).
Mientras más te fijas, más profunda resulta esta afirmación. He aquí tres ideas útiles para fortalecer tu fe:
La resurrección es una persona, no un acontecimiento.
Jesús no es solo el origen o la causa del poder de la resurrección (aunque ambas cosas son ciertas). Él es aún más fuerte: la resurrección misma. Mientras que la muerte trae desesperación y fatalidad, Jesús trae una esperanza viva e inextinguible. Lo demostró cuando resucitó a Lázaro. Lo demostró de nuevo al conquistar él mismo el sepulcro. Hoy puede demostrártelo a ti también. La resurrección no es simplemente algo que Jesús hace, sino lo que Jesús es.
La vida eterna es una relación, no una teoría.
Jesús es la encarnación de la vida misma. Él infunde eternidad en cualquiera que esté conectado a él. Por lo tanto, cuando Jesús dice "todo el que vive y cree en mí no morirá jamás", está hablando de la realidad para aquellos que cultivan una relación personal e íntima con él. La vida eterna no es un concepto etéreo. Es una relación. Es la consecuencia inevitable de conocer a Jesús.
" Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?" (Juan 11:25-26).
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