La vida que brota a través de la esterilidad

    Hoy quiero hablar de cómo Dios hace milagros en nuestras vidas y cómo Él siempre cumple sus promesas. En el pasado, hubo un hombre de Dios llamado Abraham que tenía fe en Dios y ya era un hombre anciano y tanto él como siu esposa Sara no podían tener hijos. Pero aún así Dios prometió darles hijos a ambos cuando parecía que ya no era el tiempo para ellos. "Entonces lo llevó afuera, y le dijo: "Fijate ahora en los cielos, y cuenta las estrellas, si es que las puedes contar. ¡Así será tu descendencia!"Y Abram creyó al Señor, y le fue contado por justicia." (Génesis 15:5-6).

Dios es tan grande y poderoso que no lo podemos limitar a nuestra propia imaginación. Él hace cosas que a veces nosotros no entendemos y es capaz de dar vida en medio de la muerte, de sacar agua en medio de la sequedad y de hacer cosas extraordinarias en nuestra vida.

A lo largo de la Biblia, vemos cómo Dios obró a través de las circusntancias díficiles de varios personajes para traer vida. Lo hizo con Sansón, Samuel, Juan el Bautista y el nacimiento más extraordinario de todos que fue la encarnación del Señor Jesús. En estos casos, las madres de Sansón, Samuel y Juan el Bautista no podían tener hijos y Dios obró milagrosamente y los eligó a ellos antes de nacer. Esto quiere decir vida en el vientre de la mujer cuando un bebé es formado por Dios. Hoy mucha gente que apoya el aborto sienten que tienen derecho sobre su cuerpo y por eso promueven el asesinato de los bebés en el vientre de las mujeres, pero DIos es el que nos da vida desde antes de nacer.

En el caso del nacimiento del Señor Jesús, fue el Espíritu Santo el que puso vida en el vientre de María para formar la naturaleza humana de Jesús.

Estos casos los vemos en Jueces 13, 1 Samuel 1 y Lucas 1.

Hay una promesa de Dios a través del profeta Isaías que declara acerca de esto:

" Así ha dicho el Señor:¡ Regocíjate, mujer estéril, tú que no dabas a luz! ¡Eleva tu canto y da voces de júbilo, tú que nunca estuviste de parto! ¡Más hijos tendrá desamparada que la casada! "(Isaías 54:1)