Un reino de sacerdotes

     ¿Qué significa que los cristianos sean un reino de sacerdotes? Los ministros del Señor no viven para sí mismos, sino para aquellos a quienes sirven. Toda la nación hebrea guardaba el propósito de existir no para sí mismos, sino para otros. Este proceder generoso es el que Dios concibió para Israel y es el plan que conserva para la Iglesia. Por eso una congregación a la que la falta la visión misionera  y un presupuesto misionero no es la clase de grey que Cristo quiso establecer.

 Los sacerdotes son mediadores; se ubican entre el pueblo y Dios. Su sentido radica en aquellos entre quienes están. El Señor ha dejado a los cristianos en el mundo para que este conozca al Padre que está en los cielos. Los creyentes tienen que situarse entre el Todopoderoso y la humanidad, como intermediarios. Los seguidores de Cristo son los responsables de llevar la firma divina para que la sociedad sepa a quién pertenecen. Cuando los discípulos han sido lavados por la sangre de Jesús, empiezan a parecerse a él. Su carácter debe ser lo que define sus vidas.

 Una cosa importante de los clérigos del Antiguo Testamento era su indumentaria: No podían servir a menos que usaran sus vestidos sacramentales. Para actuar como intercesores entre las personas incredúlas y Dios, tenemos que ataviarnos con la justicia divina para que todos vislumbren su presencia en nosotros. No es suficiente colocarnos un abrigo de justicia que cubra nuestros pecados; es preciso que permitamos que el Espíritu nos cambie desde adentro para que  realmente empecemos a ser como Cristo.

 Jesús es nuestro Sumo Sacerdote. Se puso entre Dios y nosotros, e hizo posible que la gracia divina supliera nuestras necesidades; por eso hemos sido redimidos. Como cristianos entre Cristo y su cruz por un lado y el mundo perdido por el otro. Nuestro compromiso es lograr que el don de Jesús y la penuria del genéro humano se encuentren. De la misma manera que el Padre envió a Jesús, Cristo nos envía a toda la tierra que es suya y nuestra.

" Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y un pueblo santo." (Éxodo 19:6).

Hebreos 7:26-8:6


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