Viviendo como Jesús

  Cuando Jesús les preguntó a sus discípulos: -¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?, su respuesta fue bien interesante. El Señor había deambulado por toda la región, predicando y sanando enfermos. Había restaurado a los débiles, había limpiado a los leprosos, les había dado vista a los ciegos, había hecho andar a los cojos y hasta había levantado a los muertos. Por eso es significativo que los seguidores , cuando catalogaron a las personas similares a Jesús, no incluyeron a nadie que hubiera hecho un milagro, según lo que sabemos de estos personajes. Juan el Bautista y Jeremías no fueron forjadores de prodigios, sino varones con un mensaje, quienes sufrieron a causa de ese anuncio. 

 Existe algo mayor que el poder y mucho más deseable. la santidad individual. Juan el Bautista y Jeremías vislumbraron el camino de la Cruz y lo siguieron. Las señales y proezas atestiguan sólo de la libertad de problemas temporales; la Cruz comunica la naturaleza de Dios y lo que él ansía hacer de cada uno de nosotros. Las señales y proezas proclaman la terminación de la aflicción; la Cruz nos invita a abrazar el dolor para que otros vean a Cristo en nosotros. Pablo entendió esto. Observa Filipenses 3:10, donde el apóstol habla de su anhelo supremo de "conocerlo a él y el poder de su resurrección, y participar de sus padecimientos hasta llegar a ser semejante a él en su muerte."

En tu vida, ¿hay evidencia del mensaje de la Cruz? ¿Quienes te miran contemplan la cruz de Cristo?                                   

"Al llegar a la región de Cesarea de Fillipo, Jesús preguntó a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, que es Elías; y otros, que es Jeremías o algunos de los profetas. Él les preguntó: Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Simón Pedro respondió: ¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente! " (Mateo 16:13-16).

Mateo 14:3-12

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