Deseos venenosos

  Una de las cosas con las que batallamos los seres humanos es con la codicia que hay en nuestro corazón y Dios nos llama a ser libre de toda codicia y de todo egoísmo en nuestro corazón. Pablo les escribía a los filipenses la importancia del contentamiento y él estaba contento en cualquier situación en la que se encontraba. Estando en prisión, él les habló a los cristianos en Filipos de cómo se sentía contento a pesar de las tribualciones. Y como cristianos, debemos estar agradecidos con Dios por lo que Él nos da y compartir con lo que tenemos con los demás. Esto nos libera de la avaricia y de querer codiciar las cosas que otros tienen. De hecho, el último mandamiento habla de no codiciar las cosas que pertenecen a nuestro prójimo (Deuteronomio 5:21).

" No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a estar contento en cualquier situación. Sé vivir con limitaciones, y también sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, tanto para estar satisfecho como para tener hambre, lo mismo para tener abundancia que para sufrir necesidad." (Filipenses 4:11-12).

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