La verdad del mensaje

   La iglesia cristiana primitiva fue una fuerza poderosa que transmitío el mensaje del Evangelio a todo el mundo. Desafió todo el mundo Meditérraneo, conquistando el poder político de Roma y la cultura de Grecia. ¿Cuál fue la clave de su éxito? Una parte fue la fuerza y la vitalidad inherentes en la verdad. Pablo sabía que proclamaba un mensaje valido por sí mismo; sabía que el contenido de su predicación no eran "fábulas artificiosas" (2 Pedro 1:16) ni eran palabras de sabiduría humana. El apóstol sabía que  era la verdadera sabiduría del Dios que había creado a la humanidad y que por eso, su palabra cabía perfectamente en la psique humana. Pablo estaba seguro de que, sea como sea la reacción externa, en cada persona a la que se le presenta el evangelio hay por lo menos una pequeña voz interior que responde: " Para esto fuiste hecho."

La Palabra de Dios no es un mensaje completamente extraño cuando llega a los seres humanos. Hay una compatlibilidad inherente entre la criatura y el Creador mismo. Este mensaje está adecuado a las necesidades de las persona. Un ejemplo de esto fue cuando Jesús habló con la mujer samaritana y le mostró su verdadera condición que era de adulterio y que necesitaba ser saciada con el agua de vida que sólo Jesús da.

" Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna." (Juan 6:68).

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