Él es la clave

  Muchas veces pensamos que siendo cristianos nuestros temores serán eliminados , pero esto no es cierto. También pensamos que con el pasar de los años mientras envejecemos los temores serán eliminados, pero esto no es así. Vemos que el salmista declara que el buscó a Dios y lo libró de todos sus temores (34:4). Esta palabra en hebreo conlleva la idea de ser restringido o apretado; significa todo aquello que no te deja respirar. Eso es lo que hace el temor en nosotros; no nos deja vivir.

El salmista halló ayuda. No buscó deshacerse de sus temores, sino que buscó al Señor. Cuando lo halló, descubrió que el Señor podía romper los temores sofocantes de su vida. Las Escrituras son reales en cuanto a esto. No importa en que etapa nos encontremos, seamos viejos, jóvenes, o niños, el temor está ahí presente para asediarnos. Si clamamos al Señor, descubriremos que él es capaz de darnos tranquilidad y paz de las situaciones en las que nos encontramos.

 El Señor no desea salvarnos de las tormentas de las vidas, sino que en medio de las tempestades lo busquemos a Él. Por eso, en medio de las circunstancias, debemos estar agradecidos porque esas pruebas nos acercan cada día a Él.

" Busqué al Señor, y él me escuchó, y me libró de todos mis temores. Este pobre clamó, y el Señor le oyó y le libró de todas sus angustias." (Salmo 34:4,6).

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