El regalo mayor de Dios

  Uno de los regalos que Dios nos da es el hambre por Su presencia y eso no lo generamos nosotros mismo, sino que es un don que Dios nos otorga por su gracia. Esto lo tenemos que desarrollar día con día ya que no es algo que sucede de la noche a la mañana. Algo que tenía el profeta Daniel durante su exilio en Babilonia era un hambre constante por la presencia de Dios todos los días que oraba diariamente 3 veces al día con las puertas abiertas sin importar la situación que enfrentaba. Es ahí en las situaciones díficles donde debemos sentir el hambre de su presencia, ya que es así como saldremos adelante. Cada día debemos alimentar esa hambre de Su presencia buscandóle a Él en oración y a través de Su Palabra.

" Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados." (Mateo 5:6).

" Y cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, abrió las ventanas de su alcoba que daban hacia Jerusalén. y tres veces al día se arrodillaba y oraba a su Dios, dándole gracias como acostumbraba hacerlo." (Daniel 6:10).

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