Su testimonio de Sí mismo

  Una de las últimas muestras de amor del Padre hacia Caifás fue cuando Jesús sanó la oreja de Malco, su siervo. De seguro cuando Caifás vio eso se puso nervioso e inquieto ya que él no creía que Jesús era el Mesías. Dios es tan bueno y paciente que nos da varias oportunidades para que nos arrepintamos y nos acerquemos a Él. A veces Dios nos muestra sus maravillas y sus señales para que vengamos a Él, pero nosotros no queremos obedecerlo y creer en Él. Fue el testimonio final de Dios para Caifás: que alguien de su casa fue intervenido por la mano amorosa de Jesús. ¡Por la infinita misericordia de Dios!

 Si alguien se pierde es por su propia decisíon , a pesar de que Dios ha intervenido en su vida. Me imagino que Caifás despidió a Malco por ese incidente al verse nervioso e inquieto. Cuando elegimos no obedecer o no respondemos activamente al testimonio que Dios nos da, tarde o temprano desecharemos ese testimonio sugerente de Su presencia en nuestra vida. El amor de Dios sigue señálandose en las vidas de todos, incluso en los no creyentes.

"Pero Jesús les dijo: ¡Basta! ¡Déjenlos! Tocó entonces la oreja de aquel hombre, y lo sanó. " (Lucas 22:51).

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La quinta sinfonía de la fe

El Dios que te restaura

El Espíritu Santo da testimonio