La verdadera santidad

  En una ocasión, los fariseos discutieron con Jesús porque sus discípulos no se lavaban las manos como ellos lo hacían ya que ellos seguían las costumbres de los ancianos de Israel de lavarse las manos. Pero esa costumbre para ellos tenía un significado espiritual, ya que en vez de lavarse las manos como educación lo usaban para acercarse a Dios como un ritual que les purificaba el corazón. El ser humano en su naturaleza es muy religioso ya que por estar hechos a la imagen de Dios tenemos algo espiritual ahí dentro de nosotros. El problema es que el ser humano busca acercarse a Dios a través de sus propios medios, y hace la Palabra de Dios a un lado. Estos fariseos habían inventado nuevas leyes a la Palabra de Dios y una de estas reglas era el lavamiento de manos. Pero Jesús les dijo que ellos quebrantado la Palabra de Dios por formar sus propias doctrinas humanas (Mateo 15:5-7) . Y en muchas iglesias del día de hoy, muchos pastores y líderes forman sus propias doctrinas que son de hombres y nada que ver con la Palabra de Dios. Y finalmente Jesús les explica a sus discípulos que lo que contamina al hombre no son las cosas externas, sino lo que hay dentro de nuestro corazón. Nuestras malas actitudes y palabras son los que nos contaminan , no las cosas externas. Debemos pedirle a Dios que nos purifique el corazón y así mantenerlo puro y limpio para Él.

 " Pero lo que sale de la boca, sale del corazón; y esto es lo que contamina al hombre. " (Mateo 15:18).

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