El Dios proveedor

  De todos los milagros que Dios realizó en el Antiguo Testamento, uno de los más significativos fue cuando Dios proveyó a Su pueblo en el desierto después de que salieran de Egipto. Vemos cómo Dios cuidó de ellos aún en medio de circunstancias díficiles. Esto nos recuerda que Dios no nada más liberó a Israel de Egipto, sino que también proveyó para sus necesidades diarias. También es con nosotros hoy. El Señor no nada más nos saca de la esclavitud del pecado y de la muerte, sino que también para nuestras necesidades diarias. En otras palabras, nuestro Dios es el único que salva y cuida, y Jesús vino a cumplir esa función cuando estuvo aquí en la tierra. No hay otro como Él. El episodio de la multiplicación de los panes y los peces es un ejemplo de esto. La obra de Jesús se extendía más allá de los milagros físicos; su ministerio estaba profundamente arraigado en la enseñanza y la predicación. A través de sus palabras, Jesús ofreció una interpretación correcta de las enseñanzas de las profecías, enfatizó la importancia de las relaciones interpersonales arraigadas en la voluntad de Dios, nos enseño sobre la relación con el Padre celestial, y sobre todo, la necesidad del arrepentimiento y la fe en él como el Mesías, el Salvador de la humanidad. Hay que reconocer que nuestro Dios es fiel y cuida de nosotros. Sólo hay que confiar en Él.

 " Cuando Jesús alzó la vista y vio que una gran multitud se acercaba a él, le dijo a Felipe: ¿Dónde compraremos pan, para que estos coman?" (Juan 6:5).

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