Trabajar con diligencia

      Mucha gente a lo largo del tiempo han pensado que el trabajo es una maldición y lo ven como una carga, pero vemos que cuando Dios creó el mundo no fue así. Dios les dio a Adán un trabajo que era cuidar del jardín del Edén y lo hizo para la satisfacción del ser humano, ya que así como Dios trabajó en la creación, también nosotros fuimos diseñados para trabajar ya que somos hechos a la imagen y semejanza de Dios. El trabajo fue diseñado con tal de producir para beneficiar a otros y podemos reflejar a Cristo en nuestro trabajo y dar testimonio a otros para que lo conozcan. Pablo en su carta a los efesios les decía que debían trabajar de buena gana para el Señor (Efesios 6:7-8) y lo debemos hacer para reflejar a Jesús en todo lo que hacemos. No debe ser una carga o una maldición, sino una bendición.

" Perezoso, mira a las hormigas; fíjate en sus caminos, y ponte a pensar. Ellas no tienen quien las mande, ni quien les dé órdenes ni las gobierne. " (Proverbios 6:6-7).

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