El antídoto para el miedo

       Durante mucho tiempo, uno de los grandes desafíos que han enfrentado los seres humanos es el miedo. Desde niños hemos tenido el miedo a la oscuridad y a lo desconocido, pero a medida que crecemos, las fuentes de temor cambian, sin embargo el miedo está presente y hasta cierto punto, es algo natural.


   Todos tenemos miedo pero no podemos dejarnos dominar por él hasta el punto de caer en el pecado. La presencia del Señor está siempre a nuestro lado, protegiéndonos, llenándonos de paz y es el mejor antídoto para combatir el miedo.

 En la antiguedad, Israel era una de las naciones más pequeñas, rodeada de vecinos gigantescos como los egipcios, los filisteos, los asirios y los babilonios, y era asediada por grandes imperios como el griego y el romano. Pero a pesar de su propio tamaño, Israel siempre contó con la protección del Señor de los ejércitos, garantizando que, independientemente de sus propios enemigos, Dios protegería a su pueblo.

  En el pasaje de hoy, el Señor se presenta como un poderoso guerrero que está a favor de su pueblo, desafiando a sus enemigos y asegurando su derrota. La impotencia de ellos ante el Señor sería tal que, permanecerían en silencio, aterrorizados ante un Dios tan poderoso. La diferencia entre el pueblo de Dios y los pueblos enemigos era asombrosa. Mientras ellos se agrupaban para construir dioses con su propio poder, el pueblo de Israel tenía a Dios de su lado.

  Estas palabras son para nosotros hoy también: no debemos temer porque Dios está con nosotros.

" No tengas miedo, que yo estoy contigo; no te desanimes, que yo soy tu Dios. Yo soy quien te da fuerzas, y siempre te ayudaré; siempre te sostendré con mi justiciera mano derecha. " (Isaías 41:10).

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La quinta sinfonía de la fe

El Dios que te restaura

El Espíritu Santo da testimonio