El sanador

     Estos días previo al inicio de Semana Santa, representan un período de mucha relevancia, y nos llevan a reflexionar los pasos de Jesús hacia la cruz. Hoy te invito a que juntos participemos de este tiempo de preparación, y dispongamos nuestro corazón para el encuentro con el verdadero Rey.

 A lo largo de esta semana contemplaremos los milagros de Jesús y consideraremos cómo cada uno de sus actos, de hace dos mil años, continúan siendo relevantes hoy. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.

  En el pasaje de hoy, Cristo se presenta como el sanador. No sólo del cuerpo, sino también del alma.

Para entender más de este tema hay varios motivos para explicar:

 Los grandes clásicos de la literatura tienen algo en común: utilizan motivos. Un motivo es un patrón. Es una idea implícita que se repite y se entreteje a lo largo de una historia para llamar la atención de los lectores sobre un tema más amplio. Los motivos convierten historias sencillas en verdaderos tapices artísticos, por ejemplo: " El Gran Gatsby" de Scott Fitzgerald, las imagenes de excesos nos remiten constantemente al tema general: En "Romeo y Julieta", las referencias a la luz y la oscuridad nos recuerdan dos elementos que no pueden coexistir, al igual que los amantes condenados. En "Matar a un ruiseñor" de Harper Lee, el ruiseñor parece simbolizar la inocencia en medio de un mundo cruel.

 En pocas palabras, los motivos crean obras maestras.

 Jesús era un maestro de los motivos. No se limitó solo a escribirlos sino que Él los vivió.

 La vida terrenal de Jesús está marcada por motivos. Todo lo que él hizo apuntaba a una imagen más amplia. Su paso por la tierra preparó a sus contemporáneos, y nos continúa preparando ahora, para comprender el plan divino de redención de Dios.

¿Crees en los milagros?

 En el pasaje de hoy, Jesús sana milagrosamente a un ciego. Al hacerlo, nos recuerda que él es un Dios que responde a la fe sincera y perseverante. Este milagro en sí es muy alentador, pero cuando nos damos cuenta de que las acciones de Jesús apuntaban hacia algo más profundo, se vuelve aún más emocionante. El milagro de sanidad de Jesús hacia el ciego es un motivo que también dirige nuestra atención hacia la sanidad espiritual, a nivel del alma. 

Cuando Jesús dice: "Tu fe te ha sanado", en el idioma original significa literalmente "te ha salvado." Jesús sanó al ciego física y espiritualmente. Fue un momento eterno, no temporal. Es decir, Jesús se proclamaba a sí mismo como el portador de la salvación.

Reflexionar en los pasos previos de Jesús hacia la cruz nos permite ser conscientes de que nuestro Salvador es también nuestro sanador físico, y lo que es más importante, nuestro sanador espiritual.Antes de Cristo, estábamos ciegos. Ciegos a nuestro estado pecaminoso. Ciegos a su verdad. Pero gracias a la misericordia de Cristo, nuestros ojos han sido abiertos. ¡Somos salvos! 

 Hoy, dedica un momentos para alegrarte en Jesús, tu sanador y Salavdor. 

"  ¿Qué quieres que haga por ti? Y el ciego respondió: Señor, quiero recobrar la vista. Jesús le dijo: Ya la has recibido. Tu fe te ha sanado." (Lucas 18:41-42).

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