Invertir en el tesoro celestial

     Este tiempo lo vamos a dedicar a estar en la presencia de Dios y va a ser de mucha bendición. En estos días hemos explorado la identidad que tenemos en Dios. Aunque la Biblia tiene un mensaje claro para hablarnos de quiénes somos y cuál es nuestro valor, sabemos que también estamos expuestos todos los días a los mensajes y a las mentiras del mundo que nos dicen todo lo contrario. Esta semana nos hemos propuesto exponer algunas de las mentiras que quizás hayamos creído sobre nuestra identidad. 

   Ayer abordamos la mentira: "Soy lo que tengo." Reflexionamos sobre el poder del dinero y las posesiones materiales ejercen sobre nuestro corazón y autoestima, y también recordamos que tu valor no se encuentra en las posesiones, sino en la posición que tienes como hijo de Dios.

  Gálatas 4:7 nos recuerda que : "... ya no eres esclavo, sino hijo; y como eres hijo, Dios te ha hecho también heredero."

   Eres hijo de Dios y por tanto eres precioso y amado ante sus ojos. Esto significa que tienes un legado celestial: ¡eres heredero del trono del cielo!

 La seguridad en nuestra herencia celestial y la identidad que tenemos como hijos de Dios son suficientes para no ceder a la tentación de basar nuestra confianza, valor e identidad en lo que poseemos. ¡Dios es suficiente para vivir de acuerdo a esta verdad en el día a día! En él, es perfectamente posible disfrutar de las cosas que tenemos sin permitir que estas nos definan o nos destruyan.

 Jesús nos recuerda: "No acumulen para sí tesoros en la tierra... Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo. " 

  La profundiad que encierra esta verdad está relacionada con nuestra naturaleza humana y con el propósito y valor que asignamos a las cosas de acuerdo a la perspectiva desde la que las observamos. Si nuestro tesoro está arraigado en las posesiones terrenales, todo nuestro ser se enfocará en las preocupaciones efímeras de este mundo. Pero si nuestro tesoro se encuentra en el cielo, en lo alto, en lo que es verdaderamente valioso, nuestro corazón estará firmemente cimentado en las verdades eternas del reino de Dios. 

  Por otro lado, Colosenses 3:1 también recalca: "... busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra."

  Sé intencional con el cambio de perspectiva. Reorienta tu corazón hacia el tesoro celestial que Dios ha preparado para ti.

 Tu identidad no está definida por lo que tienes en la tierra, sino por lo que está en lo alto, es decir, lo eterno, lo celestial.

 Alinea tu corazón con el de Dios y entonces verás cómo la atracción por las posesiones empieza a perder impacto en tu vida.

 "No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y óxido corroen, y donde los ladrones minan y hurtan. Por el contrario, acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corroen, y donde los ladrones no minan ni hurtan. Pues donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón." (Mateo 6:19-21).

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