Alerta de Fake News

  Analicemos juntos el pasaje de hoy.

 Imagina conmigo el siguiente escenario: estás frente al mar, su sonido, tamaño y grandeza son abrumadores. Es tan imponente que cuando sus poderosas olas se levantan con gran furia no puedes dejar de sentirte pequeño frente a él. El estruendo se vuelve cada vez más potente y de pronto, la lluvia comienza a caer sobre el agua de forma brusca y ensordecedora. Esto podría parecer aterrador, pero ahora, imagina que estás navegando en un pequeño bote que es zarandeado por las olas que amenazan con voltear la embarcación. Sabes que no puedes hacer nada al respecto, te sientes indefenso y solo deseas que la tormenta cese de una vez por todas. Es imposible no sentir miedo ante una situación como esta en la que no hay nada bajo tu control, ¿verdad?

   Cambiemos un poco este escenario: en lugar de navegar en un pequeño bote, ahora lo haces en un gigantesco barco petrolero casi inamovible y tripulado por el más experimentado de los capitanes. Aunque la tormenta en medio del océano sigue siendo aterradora, te sientes listo para enfrentarla. Un sentimiento de seguridad inquebrantable te anima y te devuelve el valor que habías perdido.

  Así es como Pablo describe la experiencia de los creyentes al estar en Cristo. Sin importar las dificultades, la lluvia, las nubes, el viento, las olas gigantescas y la multitud de voces que insisten en movernos mientras navegamos a través de este océano que es nuestra vida, Jesús se convierte al mismo tiempo en nuestra embarcación inamovible, en el capitán y en el ancla firme gracias a la cual no seremos derribados.

 ¿ Te das cuenta cómo a pasar del tiempo que ha pasado desde que el apóstol escribió la carta a los Efesios, estas promesas siguen estando vigentes ahora? Hoy, más que nunca, en medio de este mar lleno de ruidos, voces, desinformación y fake news, es importante navegar sobre un barco estable y seguro que nos lleve a la verdad, de otra manera, seremos arrastrados por las mentiras que nos rodean.

 Dedica un momento para reflexionar sobre el contenido que consumes todos los días. ¿Eres capaz de discernir las cosas falsas de las reales? Un mundo en el que la información es mayor que nuestra capacidad de discernirla, se convierte en un lugar lleno de confusión y miedo para muchos. Ante las profundas aguas de incertidumbre, Pablo nos ofrece una solución más sencilla: vive la verdad con amor. ¡Que contraste con el panorama actual! En otras palabras: elige vivir por y para la verdad en un mundo que sigue buscándola.

  De hecho, uno de los problemas más grandes que enfrenta nuestra sociedad es la existencia de muchas "verdades." Hay tantas para elegir que terminamos perdiendo la original y la única que existe: la verdad de Dios. Por eso, hoy y siempre es importante recordar que el Señor es nuestra ancla firme en cualquier tormenta. No importa cuán fuerte sea la lluvia, su verdad será siempre el faro que dispersa la bruma, la brújula que guía nuestra embarcación y la única forma segura para navegar por la turbulencia de este oceáno. Recordemos todos los días que la verdad eterna de Dios nos sostiene y que ante ella, ninguna otra "verdad" prosperará.

  Aunque todo esto suena increíble, debemos ser conscientes que a veces, la verdad puede ser díficil o dolorosa de escuchar. Pero Pablo no se olvida de eso, al contrario, se asegura de que nosotros tampoco lo hagamos. Escuchar algo que nos confronte requiere de nuestra madurez emocional y espiritual pero también debemos ser cuidadosos al decir a otros la verdad. El ingrediente esencial para compartirla será siempre el amor. 

  El teólogo Warren Wiersbe lo expresó así: " La verdad sin amor es brutalidad, y el amor sin verdad es hipocresía." No se puede tener una cosa sin la otra. Por eso, nos corresponde saber compartirla pero también recibirla. Hablar la verdad en amor es nuestro único camino seguro. Ten siempre en mente el propósito de Dios, no hay otra manera para cumplirlo que trabajando juntos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.

 Así que si hoy te encuentras navegando en aguas turbulentas, deja de pensar en la tormenta y busca la verdad. Acércate a Dios en oración, lee y medita en su palabra, y no desestimes los consejos que tus hermanos tienen para ti. Te darás cuenta cómo la verdad del Señor siempre se abre camino en el océano para llegar hasta ti.

  Considera que los consejos del apóstol no son solo palabras sabias, son una invitación a actuar, un mensaje que implica una escucha activa. Si Pablo viviera en este tiempo, seguramente diría algo así a la iglesia actual: "en un mundo que ha decidido vivir bajo la ilusión de conocer la verdad, búscala y cuando lo encuentres en Jesús, vívela con amor." Muestra la luz a quienes creen que ya la han encendido; invita a los demás a navegar en un barco que no se hunde, él único que se dirige a la dirección correcta.

 " para que ya no seamos niños fluctuantes, arrastrados para todos lados por todo viento de doctrina, por los engaños de aquellos que emplean con astucia artimañas engañosas, sino para que profesemos la verdad en amor y crezcamos en todo en Cristo, que es la cabeza, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. " (Efesios 4:14-16).

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