De muerte a vida

  Analicemos juntos el pasaje de hoy.

  Este día estudiaremos un poderoso recordatorio de uno de los conceptos más bellos de la Biblia: la gracia de Dios. Las imágenes que Pablo emplea en el pasaje de hoy son explícitas e impactantes. El compara nuestro caminar con Jesús como una transición que nos hace pasar de la muerte a la vida. Lo que Pablo dice en esencia es que sin el aliento de Dios en nuestra vida, somos como una especie de zombis, estamos muertos en vida y vagamos sin rumbo ni propósito. Pero cuando conocemos y aceptamos a Cristo como nuestro Salvador somos transformados para siempre. Esto significa que el amor de Dios trae vida a nuestro corazón y su aliento llena nuestros pulmones. Empezamos a vivir de verdad experimentando la única realidad auténtica: la del reino de Dios. 

 El pasaje de hoy nos dice que la causa original de nuestra muerte recibe el nombre de "pecado" y no es otra cosa que cualquier obstáculo que nos aleja de la santidad de Dios. Es el pecado que se interpone en nuestra relación con nuestro Señor.

 Todos, sin excepción alguna, hemos experimentado el peso de la culpa y la verguenza después de actuar de una manera que luego lamentamos. Como cadenas, se atan a nuestros tobillos y nos agobian sin permitirnos avanzar. Muchas veces nos sentimos como si nos estuviéramos ahogando en el mar. Intentamos mantener la cabeza fuera del agua pero nunca lo conseguimos porque el peso de la culpa nos oprime y nos sumerge hasta el fondo sin esperanza alguna. Pero es entonces cuando nos damos cuenta de que un brazo fuerte nos alcanza y nos trae de vuelta a la superficie.

 Cuando estábamos muertos bajo el peso de nuestra verguenza, Jesús hizo lo que nosotros nunca podríamos haber hecho, fue a través de su sacrificio en la cruz que nos permitió salir del agua. Jesús no solo se limitó a salvarnos una vez, también rompió todas las cadenas que nos ataban, dejándonos en completa libertad, sin cargas y en condiciones de vivir plenamente a la luz de su amor y su misericordia. Esta es una noticia maravillosa y en palabras de Pablo es, " la incomparable riqueza de la gracia de Dios."

  La gracia es el mejor regalo que podemos recibir y está disponible para ti y para mí. Dedica un momento para examinar tu corazón y entrégale a Dios todo rastro de culpa o verguenza. Pídele a Dios que te recuerde su gran amor por ti y que rompa todas las cadenas que te agobian con su bondad y su misericordia.

  Sea lo que sea que te afija hoy, recuerda que la misericordia de Dios es más que suficiente para transformarte plenamente. Charles Spurgeon lo interpreta así: " La misericordia de Dios es tan vasta que antes que se vaciara el mar de sus aguas, se privaría al sol de su luz, o se estrecharía demasiado al espacio, que disminuir la gran misericordia de Dios." 

  No olvides que Dios te ha dado inmerecidamente su gracia asombrosa y libertas para disfrutar plenamente de la vida en Cristo.

  Es mi oración que hoy la bondad y el amor de Dios llenen todo tu ser.

  " Pero Dios, cuya misericordia es abundante, por el gran amor que nos amó" (Efesios 2:4).

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