Los dones espirituales: un kit interminable

    Analicemos juntos el pasaje de hoy.

 Pablo nos ha invitado a detenernos varias veces en nuestra travesía por su carta a los Efesios para pensar, reflexionar, agradecer, e incluso para ser exhortados. Sólo después de retroceder un poco para ver mejor el camino que nos queda para recorrer, continuamos moviéndonos hacia adelante. Este día quiero que reflexiones sobre lo que debes ofrecer al mundo. ¿Te lo has preguntado? Tal vez, ¿has identificado algo dentro de ti que te distingue de los demás. algo así como un superpoder? O ¿quizás no sea tu caso y sientes que no hay mucho de ti que pueda ayudar a otros? Pero hoy, Pablo quiere responder esas interrogantes.

  Si te gusta ir al cine, seguramente conoces las películas de "Los Vengadores" producidas por Marvel Studios. La historia del famoso equipo de superhéroes cautivó la imaginación de muchas personas en el mundo a lo largo de 23 películas producidas durante 11 años y su influencia en la cultura popular ha sido tan grande actualmente, tres de ellas conforman la lista de las diez películas más taquilleras de todos los tiempos. Hay algo en la idea de tener poderes, que cautiva a todo el mundo, ¿verdad?

 Lo que hacía tan especial a este equipo es que aún en medio de sus diferencias lograban hacer cosas increíbles. Por ejemplo, Iron Man era un genio de la tecnología un poco engreído que podía inventar casi cualquier cosa; Hulk en cambio, tenía una fuerza sobrenatural incontrolable para él mismo, y el Capitán América poseía las cualidades de un soldado magnificadas a una escala infinita. Todos en conjunto, creaban una sinfonía de fortalezas admirable a la hora de enfrentarse a los malos y su secreto para vencerlos reposaba en dos pilares claves: sus habilidades especiales y un mismo objetivo. Sin estos dos elementos apenas habrían logrado vencer al más débil de sus enemigos.

  Los Vengadores son un buen ejemplo de la verdadera fuerza del trabajo en equipo. Tal vez solos podrían vencer a un buen número de villanos, pero juntos, eran capaces de enfrentarse contra amenazas cósmicas y ganar. Unidos, se volvían imparables y cada uno era una pieza clave para obtener la victoria.

 Esta es una lección valiosa de cómo al unir los dones que cada uno posee, se producen resultados tan grandes que impactan a otros. Aunque utilizamos como ejemplo una película de ciencia ficción, esta idea no tiene origen en su fantasía, es una verdad bíblica profunda y un principio real al que deberíamos prestar más atención.

 Pablo explora esta misma idea en el pasaje de hoy. En su gracia, el apóstol nos dice que Jesús nos ha dado a cada uno de nosotros, algo así como superpoderes , dones únicos y especiales provenientes de Dios para que pudiéramos usarlos una vez que Jesús ascendiera al cielo y dejara la tierra. 

 Sin embargo, estos dones no fueron pensados para ser guardados o para satisfacer solo nuestros propios deseos, más bien, se nos dieron para impactar nuestras vidas a través del servicio a los demás, en palabras de Pablo, son un regalo a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar al cuerpo de Cristo. La maravillosa comunidad de Dios crece, se fortalece y madura cuando todos aportan lo que tienen para servir a los que están alrededor.

  Al abrazar tanto nuestras fortalezas individuales como nuestro propósito unificado, Pablo nos dice que la iglesia puede convertirse en una fuerza para presentar a Jesús a aquellos que no lo conocen. La diversidad de nuestros dones sirve para lograr la unidad y la madurez del pueblo de Cristo.

 Dedica un momento para pensar en el potencial de poner tus dones y talentos al servicio de los demás. Posiblemente aún no has descubierto lo que Dios ha depositado en ti, pero hoy tienes la oportunidad de hacerlo. Todos somos buenos para algo en especial: ser buenos amigos, pensar creativamente, animar a otros en tiempo de aflicción. En fin, las posibilidades son tan diversas como lo son las personas que conforman las comunidades a las que pertenecemos.

   Así como con los Vengadores, tu don, por más pequeño que sea, es crucial para el éxito de la iglesia de Jesús. Cumplir su propósito no sería lo mismo sin ti y debes entender que eres una pieza fundamental en el plan de Dios. Responde al llamado, el Señor te ha elegido porque tienes algo valioso que dar a los demás. Comienza hoy a equipararte para pelear la buena batalla y vencer.

"Pero a cada uno de nosotros se nos ha dado la gracia conforme a la medida del don de Cristo. " (Efesios 4:7).

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