La humildad de Dios

    Cuando hablamos de la sabiduría de Dios en las relaciones, la humildad es fundamental. En el pasaje de hoy, Pablo instruye a los creyentes en Filipos a adoptar la humildad, colocando a los demás por encima de sí mismos. La motivación principal para esta manera de vivir, que sin duda desafía al mundo actual, debe emular el ejemplo de Jesús.

 "En sus relaciones", dice Pablo, " tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús: Quién, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse."

 La vida de Jesús es un ejemplo que contemplamos como nuestra fuente de inspiración. En el centro del estilo de vida de Jesús residía una humildad radical que desconcertaba a la gente en todas partes a donde iba. Jesús no llevó un estilo de vida que podríamos esperar de alguien con inmenso poder e importancia, él vivió de manera sencilla. No buscó la compañía de los grandes, poderosos o élites de la época. No entró en Jerusalén montado en un poderoso caballo de guerra, sino en un simple burro.

El estilo de vida humilde de Jesús nos reveló una humanidad radicalmente nueva y una divinidad dramáticamente diferente.

 ¿Qué impacto tendría en tus relaciones  si imitaras el ejemplo de Jesús de esta manera? Haz una pausa para reflexionar sobre un amigo o familiar, y considera una acción concreta que puedas llevar a cabo hoy para aplicar este principio en tu vida.

" No hagan nada por contienda o vanagloria. Al contrario, háganlo con humildad y considerando cada uno a los demás como superiores a sí mismo. No busque cada uno su propio interés, sino cada cual también el de los demás. Que haya en ustedes el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús, quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa que aferrarse " (Filipenses 2:3-6).

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