La historia de David

  Cuando la Biblia nos presenta por primera vez a David, el hombre que se convertitía en el nuevo rey de Israel, parece que ni siquiera su propia familia creía en su capacidad de liderazgo.

    Recordemos nuevamente su historia. Cuando Samuel llegó a la casa de Isaí para ungir al nuevo rey de Israel, pidió que le trajeran todos sus hijos. Isaí obedeció y presentó a todos sus hijos mayores. Sin embargo, Samuel, guiado por el Espíritu de Dios, sabía que ninguno de ellos era el elegido. Entonces preguntó si había algún otro hijo. Isaí recordó a David, el más joven, quien estaba cuidando las ovejas en el campo. Lo llamaron y cuando David llegó, el Señor le dijo a Samuel que él era el escogido.

 A veces nos pasa lo mismo que David, que no somos considerados por los demás, pero Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. No hay que dejarnos guiar por las opiniones de otros, sino la de Dios que es la que cuenta.

  " Pero el Señor le dijo: No te dejes llevar por su apariencia ni por su estatura, porque éste es mi elegido. Yo soy el Señor, y veo más allá de lo que el hombre ve. El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero yo miro el corazón." (1 Samuel 16:7).

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