Desenvolviendo el regalo de Dios

  La mayoría de nosotros ha recibido el siguiente consejo en algún momento en el que el estrés laboral nos supera. No vivas para trabajar, trabaja para vivir. Estas palabras pueden darnos un alivio momentáneo al recordarnos que el trabajo no es nuestro amo, sino un medio a nuestro servicio. Sin embargo, no nos conducen al verdadero descanso. Dios nos ofrece algo más profundo que esta frase motivadora. 

  Es importante recordar este verdad, nuestra vida no depende del trabajo, sino de Dios. Cuando trabajamos para vivir, nos apoyamos en nuestras propias fuerzas, es decir, en nuestro esfuerzo, energía, inteligencia y control. Esto nos da un respiro temporal, pero nunca encontraremos descanso pleno, porque seguimos creyendo que todo depende de nosotros.

 Es aquí donde la gracia de Dios se muestra de forma poderosa, y nos demuestra a través de las circunstancias díficiles, que nuestra vida no depende de lo que hacemos nosotros, sino que Dios nos da esos recursos para irlos desarrollando. Es necesario descansar un tiempo y contemplar las obras de Dios en nuestras vidas.

  " También he podido ver que todo el que se afana y tiene éxito en lo que hace despierta la envidia de su prójimo. ¡ Y esto también es vanidad y aflicción de espíritu!" (Eclesiastés 4:4).

Comentarios

Entradas más populares de este blog

María, un ejemplo de obediencia

La generosidad

Poderoso para guardarte