La confianza
A lo largo de esta semana hemos reflexionado sobre las cargas que llevamos y cómo liberarnos de ellas. Desde el orgullo que endurece el corazón hasta la amargura que envenena, hemos encontrado que Jesús es el camino hacia una vida verdaderamente libre y plena. Hoy hablaremos de una carga que muchos llevamos sin darnos cuenta: la autosuficiencia.
Vivimos en una cultura que aplaude la independencia, donde pedir ayuda a menudo se percibe como una debilidad. Es fácil creer que debemos enfrentarlo todo solos, demostrando que podemos con cualquier cosa. Pero, ¿qué sucede cuando la vida nos enfrenta con pérdidas inesperadas, rupturas dolorosas o desafíos que superan nuestras fuerzas? Esa autosuficiencia, que parecía una fortaleza, puede dejarnos exhaustos, aislados y sin rumbo. Sólo hay que confiar en Dios ya que son perfectos sus caminos y nos irá mejor.
" Confía en el Señor de todo corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en tus propios caminos, y él enderezará tus sendas." (Proverbios 3:5-6).
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