Generosidad versus caridad
En el siglo XIX, Estados Unidos vivió la fiebre del oro. La promesa de riquezas inescurtables atrajo a miles de personas a California, quienes se aventuraron en su búsqueda con grandes expectativas. En ese contexto, un metal llamado "pirita" pronto fue apodado como "el oro de los tontos". A primera vista, brillaba como el oro auténtico y podía engañar a los buscadores esperanzados, pero su verdadero valor era decepcionante. Mientras que el oro real era muy valioso, la pirita sólo era una versión barata.
La diferencia entre el oro genuino y el oro de los tontos era evidente, pero requería de un examen minucioso para reconocerla.
Algo similar ocurre con nuestra vida espiritual. Hay virtudes que, a simple vista, reflejan una vida cristiana auténtica, pero cuando las examinamos de cerca, a la luz de la Palabra de Dios, descubrimos que son meras imitaciones.
Por tanto, esta semana nos enfocaremos en buscar el camino verdadero de Jesús. No queremos conformarnos con una vida que simplemente parece buena, queremos profundizar en lo que realmente significa vivir guiados por Dios. El Señor ve nuestro corazón como vio el de la viuda que depósito lo poco que tenía y no importa la cantidad de cosas que tengamos, lo importante es ser generoso y dar con todo nuestro corazón.
" Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: De cierto les digo que esta viuda pobre echo más que todos los que han echado en el arca, porque todos han echado de lo que los sobra, pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, ¡todo su sustento!" (Marcos 12:43-44).
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