Heridas profundas
Ayer reflexionamos sobre la valiente lealtad que Eliseo mostró hacia Elías. A pesar de enfrentarse a la pérdida, Eliseo decidió permanecer a su lado, fiel hasta el final.
Si la lealtad es la base de una amistad verdadera, la traición es lo que la destruye. Es precisamente en este contraste que hoy queremos profundizar para entender qué significa ser amigo de verdad.
La Biblia es un texto directo que nos confronta, y por la misma razón, habla sobre la traición. De hecho, lo hace tan abiertamente, que muchas de sus historias nos muestran personajes que eligieron esta actitud por encima de la amistad. Por ejemplo, Jacob traicionó a su hermano Esaú y a su padre Isaac. José fue vendido por sus propios hermanos. Y , por supuesto, Judas traicionó a Jesús. Sin embargo, una y otra vez, vemos cómo Dios, con su amor fiel, trabaja para restaurar estas relaciones y cumplir sus propósitos eternos.
Vemos como el profeta Natán confrontó a David con su pecado al contarle una historia de un hombre rico que tenía muchas ovejas y le quitó una ovejita a un hombre pobre. David reacciona enojado ante esa situación y Natán le dice que ese hombre es parecido a él ya que le quitó la esposa a Urías y lo mandó matar. A veces la verdad duele, pero es necesaria para desenmascarar lo malo que hay en nuestros corazones. Pidamos a Dios sabiduría para confrontar a los demás con sabiduría.
" Un día el Señor envió a Natán a hablar con David, y Natán le dijo: En cierta ciudad vivían dos hombres. Uno era rico, y el otro era pobre. "( 2 Samuel 12:1).
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