Arraigados en su amor
Si llevas una semana, un mes o muchos años como creyente, una de las certezas que podemos esperar, en medio del misterio que supone seguir a Cristo, es que siempre vamos a experimentar pruebas y problemas a lo largo de nuestro caminar con él. La forma en que respondamos y reformemos nuestra vida cuando enfrentemos las diversas pruebas, dependerá de los cimientos sobre los que hayamos edificado nuestra fe.
Para esto debemos desarrollar hábitos espirituales como: leer la Escritura, orar regularmente y asistir a la iglesia, pero la base fundamental para todas estas cosas es la capacidad de descansar en el conocimiento de que Dios nos ama completa, íntegra e incondicionalmente.
Este fundamento de amor incondicional será lo que nos mantenga arraigados y con los pies en la tierra cuando seamos tentados a dejarnos llevar por sistemas de creencias contrarios, promovidos y compartidos por otros (versículo 8). Pueden parecer atractivos y sugerentes, pero de seguro afectarán a nuestra confianza, si es que no nos mantenemos firmes en el amor de Cristo.
Podemos descansar en la revelación de que la obra de Cristo en la cruz ha asegurado nuestra salvación y ya no tenemos que esforzarnos para ser aceptados por Dios.
"Por tanto, vivan en el Señor Jesucristo de la manera que lo recibieron: arraigados y sobreedificados en él, confirmantes en la fe y rebosantes de acciones de gracias, que es como fueron enseñados." (Colosenses 2:6-7).
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