Ayuda y esperanza para los necesitados

   Imagina que acabas de comprar una deliciosa barra de chocolate. No puedes esperar para disfrutar de su dulzura, abres la envoltura y partes un pedazo para saborearlo. Pero, para tu sorpresa, en lugar de la delicia que esperabas, encuentras cientos de animalitos en su interior. ¿Qué desilusión, verdad?

   Bueno, Jesús vivió una desilusión muy parecida, apariencias engañosas, cosas que lucen bien por fuera, pero que por dentro, están completamente dañadas. 

 En el famoso Sermón del Monte, Jesús nos invita a vivir una vida auténtica y sincera en todos los ámbitos de nuestra vida, es decir, donde nuestras palabras se alineen con nuestras acciones y donde la integridad es fundamental. Para lograrlo, Jesús nos enseña que nuestras intenciones y motivaciones son lo más importante. Lo importante es hacer las cosas para Dios, no para ser vistos por otros.

 " Cuidado con hacer sus obras de justicia sólo para que la gente los vea. Si lo hacen así, su Padre que está en los cielos no les dará ninguna recompensa. "(Mateo 6:1).

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