El privilegio de la oración

   Charley Finney, fue un predicador del siglo XIX, que a menudo dudaba de las palabras que debía pronunciar y de los pensamientos que venían a su mente cuando él oraba. En una ocasión particular, una querida amiga de Finney cayó gravemente enferma. Ella no era creyente y su marido invitó a Finney a ir a su casa para orar por su salud. Cuando Finney comenzó su oración, sintió una profunda tristeza y carga por esta mujer y no sabía que palabras decir para poder interceder en su favor.

 A nosotros, como a él, se nos instruye a orar por los demás, creyendo en nuestro corazón que Dios tiene la capacidad de responder a nuestras oraciones. En el pasaje de hoy, Pablo identifica varias peticiones que cubren todas las áreas que necesitan la provisión, protección y presencia de Dios en nuestra vida: Pablo ora para que la iglesia sea llena del conocimiento de su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual (versículo 9).

  Entonces debemos orar unos por otros y pedir que sean llenos del conocimiento de Dios antes que cualquier otra cosa.

 " Por eso nosotros, desde el día que lo supimos, no cesamos de pedir por ustedes y de pedir que Dios los llene del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual" (Colosenses 1:9).

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