Escucha, oh Dios, mi oración

   David enfrentó grandes adversidades y dificultades, lágrimas y sufrimiento, y mediante este salmo, aprendemos a enfrentar cualquier circunstancia a través del poder de Dios.

  El pasaje de hoy muestra a David estremecido y con pánico mortal debido a la opresión de sus enemigos, responde: "¡Cómo quisiera tener las alas de una paloma y volar hasta encontrar reposo! Me iría muy lejos de aquí; me quedaría a vivir en el desierto. Presuroso volaría a mi refugio, para librarme del viento borrascoso y de la tempestad" (versículos 6-8).

 Escapar y evitar el enfrentamiento puede resultar una tentación para todos. Pero la realidad es que debe ser enfrentado. No debemos huir. Podemos sentirnos abrumados e incluso llegar al punto de no poder más. Es en esos momentos, cuando debemos acudir a Dios en oración por su guía, confiando que él nos responderá y nos dará la victoria.

 " Dios mío, ¡escucha mi oración! No te escondas; ¡atiende mi súplica!" (Salmo 55:1).

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