Jesús es la palabra

   Jesucristo es el único, nunca ha nadie antes que él, y nunca habrá nadie como él.

  El Evangelio de Juan comienza con una profunda descripción de Jesús como el "Verbo". Puede parecer un concepto extraño, pero para los lectores originales de Juan, que eran tanto judíos como griegos, les habría resultado mucho más familiar y magistral porque estaría asociada a la búsqueda del sentido de la vida.

   Las palabras iniciales de Juan habrían sido electrizantes para ambos grupos. En efecto, les estaba diciendo: "Voy a hablarles de lo que han estado buscando todo este tiempo."

  Es claro que "el Verbo" sobre el que escribe Juan es Jesús. Por tanto, podemos aprender tres cosas sobre ello: 

 Primero, que Jesús es la luz del mundo. En él tenemos luz y brilla en las tinieblas. La luz es sinónimo de bondad y verdad absoluta, mientras que las tinieblas son sinónimo de maldad y engaño.

 Segundo, Jesús transforma vidas. Él nos adoptó como sus hijos y esta es una transformación total. ¡Ahora, somos parte de su familia!

 Por último, Jesús nos revela a Dios Padre, es decir, a los que recibieron y a los que creen en su nombre, les dio derecho ser hijos de Dios.

Jesús nos ilumina con Su luz y nos revela el cáracter de Dios. Por tanto, dejemos que Él entre en nuestro corazón y nos haga parte de Su familia.

  "En el principio ya existía la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y Dios mismo era la Palabra. Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria (la gloria que corresponde al únigenito del Padre), llena de gracia y de verdad. " (Juan 1:1,14).

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