Deposita tus ansiedades en Dios

  Abrumados y ansiosos, aplastados por circunstancias que escapan de nuestro control. Agobiados por preguntas que no tienen respuesta. Así es como nos sentimos muchas veces. 

 Nuestras preocupaciones pueden ser diferentes, pero todos cargamos con el peso de nuestros propios afanes y ansiedades. Todos lo hacemos y a menudo en nuestro propio perjuicio. Perdemos el sueño preocupándonos. Perdemos la concentración, temiendo lo peor de nuestras dificultades financieras. Perdemos nuestra paz, sacando conclusiones hipotéticas pensando "y qué pasaría si..."

 Jesús nunca quiso que nuestras preocupaciones dominaran nuestro pensamiento, porque entiende su impacto negativo en nuestro bienestar. Por eso el apóstol Pedro dice que echemos nuestras ansiedades sobre Dios porque él cuida de nosotros (versículo 7). Necesitamos descansar en Dios ya que sólo Él sabe llevar nuestras cargas, de lo contrario, nos estaremos hundiendo si lo resolvemos en nuestras propias fuerzas.

 "Por lo tanto, muestren humildad bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Descargen en él todas sus angustias, porque él tiene cuidado de ustedes. " (1 Pedro 5:6-7).

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