Encuentro con la palabra encarnada

   Los momentos que el apóstol Juan compartió junto a Jesús narran la historia de una conexión profunda e íntima con nuestro Salvador. 

 Cuando el apóstol Juan dice en el versículo del pasaje de hoy "lo que hemos oído", habla sobre una verdad que todavía resuena en nuestro corazón, incluso décadas después. Al igual que Juan, hemos escuchado las enseñanzas de Jesús y leído en la Escritura cómo él desafió a los líderes religiosos y dejó perplejos a muchos con sus palabras.

 Cuando Juan dice "lo que hemos visto", deja claro que él no sólo escuchó a Jesús, sino que también tuvo la bendición de presenciar sus milagros y caminar junto a él. De manera similar, nosotros, de diversas maneras, hemos sido testigos de la obra de Dios en nuestra vida. Estas experiencias nos han convencido que Jesús es el Hijo de Dios, y nos dan la certeza de su poder y autoridad.

 Cuando Juan menciona "lo que hemos contemplado, lo que hemos tocado con las manos", nos relata que estuvo presente, observando cómo Jesús murió en la cruz y resucitó. Fue testigo de la ascensión al cielo. No sólo fue un espectador, sino también su amigo cercano.

Y cuando Juan dice "para que nuestra alegría sea completa", podemos comprender cuánto significaba para él compartir el mensaje de Cristo. No era solo un deber sagrado, sino también una fuente de inmensa alegría.

 Aunque ninguno de nosotros estuvo presente físicamente para ver y tocar a Jesús como Juan, aún tenemos la oportunidad de conocerlo de manera personal y profunda. Con Jesús como nuestro Salvador, podemos experimentar esa misma plenitud de gozo que Juan describe, esa inmensa alegría.

 Hoy te animo a que, como Juan, hagamos eco de las palabras de Jesús en nuestras conversaciones y en nuestra vida para que nuestra alegría sea completa en él. 

  " Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos referente al Verbo de vida, la vida que se ha manifestado, y que nosotros hemos visto y de la que damos testimonio, es la que nosotros les anunciamos a ustedes: la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos ha manifestado. " (1 Juan 1:1-2).

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