Explorando el amor y el odio. Parte 1
Juan destaca una vez más el tema central de su mensaje: el amor. En el versículo 11, nos invita a recordar el segundo mandamiento más importante: " Debemos amarnos unos a otros."
A veces caemos en la trampa de recordar lo que deberíamos olvidar y olvidar lo que más necesitamos recordar. En nuestra vida como creyentes, el mandamiento esencial del amor suele ser olvidado, y eso es algo que necesitamos recordar. Los adversarios de Juan en Éfeso eran conocidos por su menosprecio hacia los creyentes, y lo triste es que es probable que los seguidores de Cristo respondieran de igual forma.
Si el enemigo intenta llevarnos a actuar con el mismo corazón endurecido que Caín tenía, el resultado sería un odio intenso, similar al que llevó a Caín a asesinar a su hermano Abel debido a su ira. La verdad de Dios puede resultar incómoda para aquellos que están perdidos (versículo 12), y por ello buscan desintegrar la familia de Dios con ira, odio y violencia. Nosotros también hemos sentido esta agresión de la persecución, al igual que aquellos en los tiempos de Juan.
Pero en lugar de devolver odio con odio, nosotros, como hijos de Dios, estamos llamados a responder a tal persecución con un amor verdadero y profundo. Este amor es la prueba tangible de nuestra comunión con Dios y obediencia. "Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos " (versículo 14). No podemos proclamar genuinamente que Dios es nuestro Padre si no amamos a sus hijos. Cada acto de amor que manifestamos demuestra todo lo que él ha hecho en nosotros.
Recordemos hoy este mandamiento de amarnos unos a otros, a pesar de la adversidad o la dificultad. Permitamos que nuestro amor se convierte en el faro brillante que ilumina nuestro camino y que fortalece nuestra fe en la promesa de una vida eterna.
" Éste es el mensaje que ustedes han oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros." (1 Juan 3:11).
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