De la espera a la superación
A veces, es necesario que otra persona se presente en medio de nuestra circunstancia y nos diga que la voluntad y os caminos de Dios son siempre mejores que los planes que diseñamos y tratamos de llevar a cabo por nuestra cuenta. Se dice que "un proverbio al día, mantiene al diablo alejado", pues bien, este proverbio mantendrá la ansiedad, el miedo, la inseguridad y la duda fuera de tu vida, ¡de una vez por todas!
El proverbio de hoy dice: "El hombre propone y Dios dispone." Otra versión lo expresa así: "Del corazón del hombre surgen los planes, pero del Señor proviene la respuesta de la lengua." Dios tiene una habilidad increíble para desenredar y desbaratar los planes que no sirven a sus propósitos eternos.
Cuando tus planes no funciones o tu estrategia no sirva, en lugar de angustiarte o afligirte por lo que no sucedió, preséntale a Dios tu situación y pídele su guía, una palabra suya que hable directamente a tu circunstancia y te muestre lo que él quiere que hagas y a dónde espera que vayas después.
Si te vuelves al Señor y recibes su dirección, él te revelará palabras que te preparen para el éxito, logren abundante fruto y abran un camino para que se cumplan sus propósitos.
Pídele al Espíritu Santo que te ayude a dejar de intentar de juntar las piezas del rompecabezas de la vida, sin hablar primero con aquel que conoce el cuadro completo. No te desanimes. A veces, Dios permite que nuestros pequeños planes fracasen para que sus grandes propósitos prevalezcan. Cuando se trata de tu visión, intentas aferrarte a ella, pero si Dios hace nacer en ti la visión, entonces ella se afirmará en tu vida y se hará realidad.
Es fácil perder la voluntad de Dios, si estamos demasiado ocupados buscando la nuestra. Necesitamos la opinión , el aporte y la guía de Dios y su resultado. Porque nuestra fe existe para cumplir la voluntad de Cristo, no para modificarla.
Así que, ven al altar y sacrifica tus necesidades y deseos, para que los planes de Cristo puedan ser dichos y experimentados en la tierra. No se trata de preguntar "si estamos dispuestos", sino de rendirse a lo que Dios quiere.
" Del corazón del hombre surgen los planes, pero del Señor proviene la respuesta de la lengua." (Proverbios 16:1).
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