El costo de la preocupación

  En la vida, hay momentos que nos llevan de lo ordinario a lo peligroso en cuestión de segundos. Ya sea con un niño pequeño en casa, o con un compañero de estudios o de trabajo que está sentado almorzando, que al comer un trozo de comida se atasca en la garganta, bloquea sus vías respiratorias y amenaza con quitarle la vida. La asfixia es repentina, insidiosa, y a veces, fatal.

  El pasaje de hoy del Evangelio de Marcos describe otro tipo de asfixia, que parece ser igualmente fatal. "Las preocupaciones de esta vida, el engaño de las riquezas y muchos otros malos deseos" entran hasta ahogar la palabra de Dios en nosotros, haciéndola infructuosa.

   Encontramos este versículo dentro de una parábola que cuenta Jesús en Marcos 4, cuando un agricultor planta semillas y éstas caen en diferentes lugares: algunas, a lo largo del camino; otras, en terreno rocoso; otras, entre espinas; y otras, en buena tierra.

  Las semillas representan la palabra de Dios, y las del pasaje de hoy fueron semillas sembradas entre los espinos. Jesús dice que estas semillas son como las personas que escuchan la palabra, pero que, por preocupaciones, riquezas o malos deseos, nunca llegan a dar el fruto que describe la palabra de Dios.

  Jesús no distingue la preocupación del resto de espinos, él considera la preocupación igual de peligrosa. En estos momentos ¿qué es lo que te preocupa? Surgen muchas respuestas a esta pregunta. De hecho, quizás podríamos escribir páginas y páginas de preocupaciones que infestan nuestro corazón. 

  " Algunos son como lo sembrado junto al camino. En ellos se siembra la palabra, pero enseguida, después de oírla, viene Satanás y les arrebata la palabra sembrada en su corazón. Otros son como lo sembrado entre las piedras. Al oír la palabra, enseguida la reciben con gozo; pero, como no tienen raíz, su vida es muy corta, y al venir las aflicciones o la persecución por causa de la palabra, enseguida tropiezan. " (Marcos 4:15-17).

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