La gracia y el dinero
Un influyente líder cristiano dijo una vez: " Si el dinero y las cosas materiales se convierten en el centro de nuestra vida, se apoderarán de nosotros y nos convertirán en esclavos." Cuando comprendemos plenamente la gracia y la generosidad de Dios hacia nosotros, esto no sólo repercutirá de forma positiva en nuestro estilo de vida, sino que transformará la manera en la que utilizamos nuestro dinero y determinará el nivel de generosidad hacia los demás.
No todos los recursos que nos llegan son únicamente para nuestro consumo. La Iglesia primitiva era visiblemente distinta cuando se trataba de utilizar su dinero. La Iglesia era, en cierto sentido, una subcultura económica muy diferente de la cultura económica que la rodeaba.
En el versículo 32 del pasaje de hoy, después de haber sido llena del Espíritu Santo, la Iglesia ya no consideraba lo que tenía como propio y lo compartía todo. En el versículo 33, se nos dice que cada vez que el apóstol Pablo predicaba sobre Jesús, tenía un gran impacto y la gente acudía porque la vida de los discípulos estaba respaldada no solo por sus palabras, sino también por las de Cristo. Jamás olvides que, si te mantienes en la palabra de Dios, Dios se mantendrá en su palabra.
¿Por qué los creyentes de la iglesia primitiva en el pasaje de hoy, eran tan diferentes a los demás? La respuesta es que experimentaron la bondad de Dios. Cuando recibimos la generosidad de Dios, no podemos evitar compartirla con los demás. Esto hace que nuestras manos se conviertan en un puente entre la generosidad de Jesús hacia nosotros y la escasez de los demás.
"Todos los que habían creído eran de un mismo sentir y de un mismo pensar. Ninguno reclamaba como suyo nada de lo que poseía, sino que todas las cosas las tenían en común. Y los apóstoles daban un testimonio poderoso de la resurrección del Señor Jesús, y la gracia de Dios sobreabundaba sobre ellos. " (Hechos 4:32-33).
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