Tus pensamientos también le importan a Dios
Esta semana recordamos una verdad profunda: a Dios le importa cada parte de ti: no solo tu alma, sino también tu cuerpo y tus emociones. Si al Creador del universo le importa cada rincón de tu ser... ¿no deberías tú también aprender a mirarte con esa misma ternura y dignidad?
Tu mente también le importa a Dios y desea renovarla.
Quizás nadie más pueda ver lo que sucede en lo más profundo de tus pensamientos. Tal vez el mundo crea que todo está bien porque tu rostro muestra calma, pero tu mente podría estar librando una batalla constante. La ansiedad, la duda, la presión de compararte con otros... puede hacer que muchas veces te sientas pequeño, inseguro y abrumado.
Pero escucha bien: en medio de todo ese ruido interior, Dios te dice en el versículo 7 del pasaje de hoy que no tienes que cargar todo esto solo: "Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes." No es simplemente una invitación a soltar tus promesas, sino la promesa de que el Dios Todopoderoso está a cargo de lo que más te preocupa.
No se trata tampoco de ignorar la lucha, sino de entregarla a aquel que conoce cada pensamiento y cada temor. No importa si la tormenta en tu mente parece incesante; Dios está allí, esperando calmarla con su paz. Él no se cansa de escuchar tus susurros de angustia, ni se aparte cuando sientes que tus batallas son demasiados grandes para ti.
Hoy, regálate un momento para soltar ese peso. Respira profundamente y entrega tus preocupaciones pasadas en las manos de Dios. Permite que su verdad inunde tu corazón.
" Por lo tanto, muestren humildad bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Descarguen en él todas sus angustias, porque él tiene cuidado de ustedes. " (1 Pedro 5:6-7).
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