Resistir con esperanza
Cada vez que hay una noticia de última hora, un incidente catastrófico o una desgracia inminente, los medios de comunicación interrumpen la programación regular y se presentan con la noticia que compartirán sin tu consentimiento. Esta transmisión urgente dura entre un minuto y una hora, y pueden suspender tu programa favorito sin ofrecer ninguna advertencia previa de que planeaban cambiar el horario; simplemente se presentan y no hay nada que puedas hacer al respecto.
Cuando enfrentamos pruebas, problemas y tribulaciones, es como si los desafíos de la vida interrumpieran nuestra rutina programada regularmente y nos desafiaran sin previo aviso y sin ninguna advertencia. No nos avisan que va a aparecer un nódulo, o que el cáncer se ha extendido, o que están a punto de entregarte la carta por despido, o que la aplicación será rechazada, o tu petición, denegada. No se nos ofrece ninguna notificación o preparación previa cuando transitamos por lo imprevisible e incierto de la vida.
En el versículo 2 del pasaje de hoy, vemos que las pruebas que nos enfrentamos son una consecuencia inevitable de vivir en un mundo caído y fragmentado. Santiago, que tuvo que morir en la cruz a su hermano, Jesús, experimentando azotes severos, burlas y oposición, escribe que nos consideremos muy dichosos al enfrentar nuestras pruebas, a la luz de la cruz, sea cual sea la tribulación. Santiago está convencido de que soportaremos pruebas y que no somos inmunes a sus implicaciones: son ineludibles.
"Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando estén pasando por diversas pruebas. Bien saben que, cuando su fe es puesta a prueba, produce paciencia. " (Santiago 1:2-3).
Comentarios
Publicar un comentario