Simplifica las cosas

   Sin quererlo, la vida puede complicarse. Oímos el consejo "menos es más" y "simple no significa simplista"; sin embargo, ya sea en el ámbito de nuestras relaciones, recursos o responsabilidades cotidianas, la vida se vuelve compleja. Nuestros próximos pasos no nos resultan claros. Nuestro sentido de la orientación está nublado y lograr claridad con tantas opciones disponibles significa que la sencillez de la certeza no está a nuestro alcance.

 En el pasaje de hoy, vemos que los israelitas tenían el mismo problema. Su corazón se había endurecido y se habían alejado de la presencia de Dios. Ellos estaban obsesionados con las cosas creadas, conservando una religión basada en rituales y sacrificios, y un sistema que no podían mantener. Muchos abandonaron a Dios y se consagraron a los ídolos. Sin embargo, Dios decidió traerlos de vuelta a él.

Vemos que él busca que nuestro corazón se rinda a Él y que andemos en sus caminos antes que ofrecer sacrificios o hacer cosas para Él. Ese es el tipo de corazón que desea Dios que tengamos para con Él y que imitemos su cáracter.

   " ¡Hombre! El Señor te ha dado a conocer lo que es bueno, y lo que él espera de ti, y que no es otra cosa que hacer justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios. " (Miqueas 6:8).

Comentarios

Entradas más populares de este blog

María, un ejemplo de obediencia

La generosidad

Poderoso para guardarte