Yo soy la puerta de las ovejas

   Una vida de fe en crecimiento implica transferir constantemente toda nuestra confianza solo a Dios. Es un cambio consistente y deliberado de la dependencia del mundo a la dependencia de Dios.

  En lugar de confiar en nuestra situación económica, confiamos en la provisión de Dios. En lugar de encontrar nuestra identidad en redes sociales, confiamos en la paternidad de Dios. En vez de depender de nuestra carrera, confiamos en el control de Dios.

  Responde sinceramente, ¿en qué aspectos te cuesta confiar en Dios?

  La forma más práctica de crecer en esta área es descubrir profundamente a aquel en quien está depositada tu fe. Es entonces cuando se produce la verdadera transformación. No podemos confiar en alguien a quien no conocemos.

  En consecuencia, cuando Jesús nos siete nombres que lo definen a lo largo del Evangelio de Juan, tenemos una mina de oro de contenido para edificar la fe. Jesús se revela para que lo conozcamos mejor.

 Hoy, Jesús se identifica como la puerta de las ovejas. Al principio, esta analogía puede parecer extraña, sobre todo porque nos sumerge en el mundo desconocido de los antiguos pastores.

  ¿Cuánto conoces de ovejas? He aquí dos datos breves:

  Las ovejas tienen una excelente visión periférica. Pueden ver casi 360 grados. La lana de una oveja crece siempre. En 2004, la oveja Shrek se escondió en una cueva durante seis años. Cuando por fin la esquilaron, tenía lana suficiente para 20 trajes.

  Aunque ninguna de estas características estaba en la mente de Jesús cuando hablaba, otras cualidades de las ovejas sí que lo estaban. De todos los animales domésticos, las ovejas son las más indefensas. Por eso Jesús nos compara con ovejas que nos podemos extraviar si no andamos en Él y se describe a sí mismo como la puerta de las ovejas que nos da protección y salvación.

   " Una vez más Jesús les dijo: De cierto, de cierto les digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí, son ladrones y salteadores; pero las ovejas no los oyeron. Yo soy la puerta; el que por mí entra, será salvo; y entrará y saldrá, y hallará pastos. " (Juan 10:7-9).

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