Demos gracias a Dios por el don del compañerismo y la comunidad
Uno de los mayores problemas de la sociedad actual es la soledad. Frente a este panorama tan desolador, muchas empresas han comenzado a utilizar términos como "familia" o "comunidad" para describir su relación con los empleados. Sin embargo, cuando esas relaciones laborales se fundamentan únicamente en la productividad o en los contratos firmados, lo que se construye es cualquier cosa menos una comunidad genuina. A lo largo de la Biblia, se relata el origen de la familia y nuestra capacidad innata de relacionarnos con los demás. La Escritura nos enseña que fuimos creados a imagen de un Dios relacional, lo que significa que estamos diseñados para vivir en una comunidad auténtica y genuina. Entonces para compartir lo que Dios nos da, debemos vivir en comunidad y así reflejar el amor de Dios para con otros. "Tengámonos en cuenta unos a otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como es la costumbre de algunos, sino...