María, un ejemplo de verdadera adoración

   En la historia que acabamos de leer vemos que Jesús es invitado a la casa de Marta y María. Ellas dieron una cena y Jesús era su invitado de honor.

 Del pasaje de hoy aprendemos que: 

 Primero, Marta y María recibieron a Jesús con un corazón dispuesto a honrar su presencia. Es decir, tal como ellas, nosotros podemos recibir a Jesús en nuestro hogar como invitado de honor. Hoy te invito a reflexionar: ¿qué tan bien recibido es Jesús en tu hogar? ¿Tu corazón está dispuesto a honrar su presencia?

  Segundo, los versículos 2 y 3 describen las diferentes actitudes del corazón. Marta servía a Jesús, Lázaro estaba conversando con él en la mesa y María estaba honrándolo. Existen diferentes formas en las que podemos honrar a Jesús, en este caso, María lo hizo con un corazón sincero y humilde.

   Tercero, los versículos 7 y 8 nos enseñan que podemos honrar a Jesús con lo que hacemos. Jesús corrigió a Judas, quien ridiculizó a María por derramar sacrificialmente su valioso perfume en sus pies. Jesús les dijo que los pobres siempre estarían con ellos, pero que no siempre lo tendrán a él. El Señor estaba hablando de la naturaleza de nuestra adoración. María no colocó a Jesús en su lista de tareas, ella no tenía que programar un tiempo en su ocupado día para dedicarse específicamente a honrar a Jesús. Simplemente lo hizo cuando se presentó la verdadera oportunidad. Así debe ser buscar pasar tiempo con Jesús de una forma sencilla y humilde.

 " Entonces María tomó unos trescientos gramos de perfume de nardo puro. que era muy caro, y con él ungió los pies de Jesús, y con sus cabellos los enjugó. Y la casa se llenó con el olor del perfume." (Juan 12:3).

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