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Mostrando las entradas de agosto, 2025

Un tiempo para todo

   Dependiendo de tu personalidad, tus antecedentes, tu historia y tus experiencias, es probable que te agraden más ciertas estaciones del año y menos, otras. A algunas personas les gusta el otoño porque las hojas cambian de color, cubren el suelo, el aire es más fresco y se sienten más cómodos en casa con su suéter favorito. Pero a otras les encanta el verano, porque pueden jugar al aire libre, disfrutar el sol y creen que, si hiciera calor todo el tiempo, se sentirían como en el cielo.   En nuestro camino con Jesús, nosotros también experimentamos diferentes estaciones que puedan ser agradables y otras no. En el pasaje de hoy, Salomón nos anima y nos recuerda que hay un tiempo para todo: momentos de estar en la cima y otros de andar por valles de vulnerabilidad.  Dios es plenamente consciente de que, en esta vida, experimentamos bendiciones y cargas, poder y dolor, fuerza; momentos de gran abundancia y otros en los que sentiremos que Dios está adelante.  ...

El poder de la mente

   En los círculos de liderazgo se enseña que todo crecimiento, progreso o avance es el resultado de dominar tu mente. Un conocido asesor de desarrollo personal respalda esta noción: " Primero debes pasar al siguiente nivel de mentalidad." Como creyentes, se nos invita a vivir a un nivel superior: a tener la visión de Dios y a ver las cosas desde su perspectiva.   Para ello tenemos que pensar de forma diferente. Nuestra forma de pensar, hasta ahora, nos ha llevado hasta donde estamos hoy. Pero si queremos pasar a un nivel más alto, tendremos que pensar a un nivel superior. En otras palabras, antes veías las cosas de una manera, pero ahora, debido a que Cristo te ha revelado nuevos conocimientos, nueva comprensión e información, como resultado de la lectura de su palabra y de tu relación con él, puedes empezar a ver las cosas de una manera diferente.   Para Jesús, es incomprensible que practiques tus viejos patrones de pensamiento cuando puedes convertirte en una nuev...

Superar los tiempos de prueba

   Dicen que la guerra espiritual en la vida del creyente es a menudo un signo de gracia inusual. Es la unción, la presencia poderosa de Dios en un creyente, lo que llama la atención del enemigo. Es como si el aceite de la unción ¡atrajera a las moscas!  Esto se debe a que allí donde somos más vulnerables es a lo que damos más valor. Para algunos, es su negocio o las finanzas que pueden decaer. Para otros, será su integridad o su reputación las que se pueden poner en tela de juicio. Es posible que importantes relaciones se vean amenazadas.  En los versículos 31-32 del pasaje de hoy, Jesús le dice a Pedro que Satanás ha pedido zarandearlo como a trigo. Pero luego le asegura que está orando por él, para que su fe no desfallezca. En otras palabras, el Señor no envió la prueba, pero tampoco la detuvo... Permitió la prueba. Cualquiera que sea la fuente, la prueba te presionará y te obligará a replantearte honestamente dónde encuentras tu confianza, estabilidad y sensación...

Recordar el pasado para consolidar la fe futura

    Hay momentos cruciales en nuestro camino con Cristo en los que experimentamos encrucijadas. Son momentos de transición y desorientación. Cuando esto sucede, se nos anima a mirar el pasado y recordar la fidelidad de Cristo. Al hacerlo, alimentamos nuestra fe y renovamos nuestra fuerza para afrontar el futuro.   Precisamente en el presente podemos sentirnos tan intimidados por algún obstáculo, abrumados por nuestras deficiencias y abatidos por aquello que nos falta, que olvidamos lo que Dios quiere que recordemos, y recordamos las mentiras del diablo que Dios quiere que desechemos. Hacer un inventario consciente de los triunfos alcanzados, de la provisión recibida y de la vida victoriosa en el pasado, puede ser fructífero, incluso en los momentos más difíciles.    En el pasaje de hoy y a lo largo de todo el Antiguo Testamento, el pueblo de Dios erigiría piedras conmemorativas para recordar, en una fecha futura, la victoria decisiva y la mano milagrosa de Dios ...

El poder de la lengua

   Las palabras que dices tienen un poder extraordinario. Tu voz es única, es un don de Dios, es tu ADN sonoro. Nunca ha habido una persona que hable como tú, y tus palabras tienen un enorme potencial. El uso que hacemos de nuestras palabras dice mucho de nosotros, ya que, es una de las principales formas de influir en los que nos rodean.   Nuestras palabras tienen la capacidad de animar o desanimar, construir o destruir, matar o dar vida. Las palabras necias e imprudentes atraviesan como espadas. Es importante que recuerdes que tus palabras son poderosas y tu discurso es valioso. Lo mejor y lo peor de nosotros se revela a través de nuestras palabras.   En el pasaje de hoy, Santiago da tres ejemplos del poder de las palabras y de la influencia de la lengua. Habla de poner freno en la boca de los caballos. Si bien es pequeño, puede dirigir a un animal enorme. Habla de un barco que, aunque es grande y está impulsado por fuertes vientos, se gobierna con un timón muy peq...

Valentía

   Una de las frases más alentadoras entre los creyentes es: "Dios no llama a los que están preparados, sino que prepara a los llamados." Esta frase nos llena de esperanza cuando se nos invita a asumir nuevas responsabilidades y oportunidades. Si nos sentimos inadecuados, no capacitados e indignos, Dios nos recuerda que la base de nuestra eficacia nunca radica en nuestras propias fuerzas o en nuestro conocimiento, sino en nuestra voluntad de permanecer en su amor.   En el pasaje de hoy, Josué es nombrado líder de Israel tras la muerte de Moisés, con nuevas responsabilidades. El Señor le pide a Josué se prepare para conducir a su pueblo a Canaán, la tierra prometida. Dios conocía muy bien el desafío que le esperaba a Josué y los ataques que tendría, por tanto Dios le infundió aliento.   Cuatro veces Dios ordena a Josué que sea fuerte y valiente, y en medio de este desafío Josué nunca expresó su ansiedad, duda o miedo en respuesta a lo que Dios le estaba pidiendo,...

Jesús anuncia las buenas nuevas

   Cuando leemos el Evangelio de Marcos, con frecuencia pasamos por alto el mensaje clave que hay en el versículo 15 del pasaje de hoy para los creyentes: el reino de Dios está cerca. Puede ser que nos resulte difícil entender esa parte del texto, porque vemos que el mundo atraviesa por diversas crisis, hay maldad y oscuridad; y podemos preguntarnos: ¿Dios realmente tiene el control? ¿En dónde está el reino de Dios?  Sin duda, la audiencia de Jesús pensó lo mismo. Después de todo, su mundo estaba igualmente destruido. Sin embargo, con el tiempo, los seguidores de Jesús descubrieron que el reino de Dios era bastante diferente de lo que esperaban. Es radicalmente diferente del tipo de reinos que los hombres tienden a establecer para sí mismos. Por ejemplo, el reino de Dios no se mantiene por la fuerza o la violencia; ni por el dinero como algo ventajoso. Es más, se podría decir que si alguien tiene ventaja en el reino de DIos, serían los niños, los pobres y los humildes de ...

El hijo pródigo

  El capítulo 15 de Lucas nos trae tres historias distintas: un hombre con cien ovejas que perdió una, una mujer que perdió una moneda,y un padre que perdió a su hijo menor. En cada caso, cuando la oveja, la moneda y el hijo fueron encontrados, hubo gran alegría.  Sin embargo, en el pasaje de hoy vemos que el hijo mayor no tuvo alegría por el regreso de su hermano. De hecho, él se comportó exactamente como los escribas y los fariseos, que se consideraban muy justos. Hay muchas lecciones valiosas que podemos aprender con la actitud del hermano mayor para no convertirnos en críticos y jueces de los pecados de los demás.   En primer lugar, podemos estar fuera de la voluntad y del camino de Dios sin darse cuenta. El hijo pródigo se fue de su casa para ir a un lugar donde podía vivir como él quería, sin restricciones, pero, a pesar de que el hermano mayor se quedó físicamente en su casa, tenía el corazón distante y endurecido, pues sus actitudes no mostraban amor. Uno de los h...

La parábola del tesoro escondido y de la perla

   El libro "La Isla del Tesoro", escrito por Robert Louis Stevenson, es una historia del oro que los piratas robaron a marineros españoles, quienes a su vez lo robaron de los incas en Sudamérica. Los Incas habían invadido las tierras de otros pueblos para construir un imperio en la Cordillera de los Andes. TRas robar el oro, los piratas lo enterraron en la isla del Caribe. Después de que el mapa del tesoro se perdiera, éste fue encontrado años más tarde y un grupo de personas de Inglaterra salió en su búsqueda. Esta es una historia de motines, rebelión, derramamiento de sangre, y , al final, de riquezas incalculables. Se podría decir que es como una parábola sobre las ganancias ilícitas y los problemas que ellos provocan.   En la parábola que Jesús contó sobre el tesoro escondido, él no se preocupó de decir de dónde procedía el tesoro, ni quién conocía su origen y paradero. Ese no era el propósito del Señor. El mensaje principal es que el reino de los cielos es un tesoro...

La parábola de la semilla que crece

  ¿Sabías que el pasto crece por la noche? Durante el día podemos hacer un trabajo útil como: fertilizar el suelo, regar el gramado y esforzarnos para eliminar las malas hierbas que lo invaden. Sin embargo, si comprendemos la biología del crecimiento, sabremos cómo perjudicar a o inhibir el desarrollo de la grama. Al final, gran parte del crecimiento ocurre sin nuestra ayuda. Las semillas pueden germinar y madurar sin la intervención de nuestras manos y ojos vigilantes.   Del mismo modo, podemos sembrar y regar, pero al final es Dios quien da el crecimiento. Hay un límite para lo que podemos hacer: el pasto continúa con su crecimiento por la noche y se desarrolla mejor cuando nuestras manos están fuera del arado. Esta verdad puede servir como un llamado tanto para la humildad, como para el descanso. Es Dios quien está a cargo, no nosotros. Dios da el crecimiento, nosotros no. Dios está trabajando, incluso cuando nosotros no lo hacemos. De hecho, ¡Dios trabaja mejor cuando esta...

La venida del reino de Dios

  En la Escritura, Jesús habla con frecuencia del reino de Dios. Solo en los evangelios, la palabra "reino"aparece casi 120 veces. Al estudiar la palabra de Dios nos damos cuenta de que la realidad del reino es algo para ser vivido ahora, como también una promesa para un mundo venidero.   En la Escritura encontramos algunos pasajes que nos muestran que el reino existe ahora y está entre nosotros, y que Dios hará nuevas todas las cosas. El Evangelio de Mateo registra el momento en el que Jesús enseña a orar mencionando: "venga tu reino." Jesús les asegura a sus seguidores que el reino de los cielos les pertenece.  Cuando los fariseos se acercaron a Jesús y le preguntaron: ¿cuando vendrá el reino de Dios a la tierra?, pretendían forzarlo a instituir su reino de una vez, o que dejara de afirmar que él era el Mesías.   El reino de Dios es más que un lugar para vivir. En verdad, es su reinado sobre la tierra, son sus reglas por todo el tiempo y la eternidad. Aunque los f...

El fuego que no consume, sino que transforma

    Vivimos en una cultura obsesionada con los atajos y las soluciones rápidas. Bajar de peso sin hacer ejercicio. Que la inteligencia artificial haga el trabajo. Construir relaciones a través de mensajes directos. Muy a menudo, queremos cambios sin sacrificio. Progreso sin proceso. Crecimiento sin dolor.   Sin embargo, la verdadera transformación no funciona así, y menos cuando es de la mano de Dios.    La madurez espiritual no se cocina en microondas. Se forja lentamente en el fuego del amor refinador de Dios: un proceso no lineal que requiere tiempo, rendición y gracia. No existe una fórmula fácil o un atajo para llegar a la santidad.   Dietrich Bonhoeffer, el teólogo alemán que murió resistiendo al nazismo, contrastó de manera célebre la "gracia barata" con la "gracia costosa." La gracia barata, decía, es el perdón sin arrepentimiento, la bendición sin obediencia, la salvación sin rendición. Es la vida cristiana "fácil", que no exige nada, y por tanto,...

No traigas sobras al trono

  ¡El día ha llegado! Has sido invitado a una cena formal con un líder mundial. La invitación, grabada en relieve y sellada con honor, descansa en tu repisa con una joya. Te preparas con esmero: ropa impecable, palabras pensadas, reverencia lista.    Pero antes de salir, tomas un recipiente con sobras del refrigerador y lo metes al bolso. Al llegar, lo presentas como tu contribución a la mesa. La sala, majestuosa, enmudece. El gesto no necesita explicación: has menospreciado al anfitrión.  Jamás harías algo así.. ¿verdad?  Y, sin embargo, su adoración era irreverente. Sus sacrificios estaban enfermos, ciegos, mutilados. En el versículo 8 del pasaje de hoy, Dios responde con una pregunta que atraviesa la conciencia: "¿Acaso presentarías esto a tu gobernador? ¿Y te recibiría con agrado?"  La herida no está en el acto, sino en el mensaje que se comunica: no eres tan importante para mí.   Este texto no va dirigido a ateos. Es para los que creen; los que si...

Donde se rompe el corazón, empieza la sanidad

  Hay heridas que no siempre sanan bien. Fracturas mal consolidadas que limitan, duelen y deforman. En esos casos, el cirujano debe hacer lo impensable: romper para restaurar. Lo mismo hace Dios cuando encuentra corazones que han aprendido a funcionar sin él. Eso es justamente lo que denuncia el profeta Joel en el pasaje de hoy. No una rebelión escandalosa, sino una fidelidad fragmentada. Un pueblo que aún lleva su nombre, pero ha dejado que su corazón se endurezca por la rutina, la religiosidad o el pecado escondido. Entonces, en el versículo 12, Dios clama con una ternura que desarma: " Vuélvanse a mí de todo corazón." Él no quiere espectadores, quiere hijos que regresen.   Continúa... "Rásguense el corazón y no las vestiduras" (versículo 13). En otras palabras lo que Dios está diciendo es: no te vistas de arrepentido, arrepiéntete. No actúes con humildad; abrázala. No maquilles el alma: entrégala rota. Porque el arrepentimiento genuino no es teatro para Dios, es ...

El trono no es para dos

   Imagina que tu corazón es una sala del trono: un espacio sagrado, hecho por Dios, bello y profundo, diseñado para un único propósito. El trono en el centro de esta sala no es simbólico: es real; y fue hecho para él.  Pero en demasiadas ocasiones, este trono está ocupado por otro. Quizás no lo dijimos en voz alta. Quizás ni siquiera nos dimos cuenta. Pero hay "algo o alguien" más reinando ahí.  Ezequiel en el pasaje de hoy, nos expone sin rodeos. Los ancianos de Israel se presentan como quienen buscan a Dios. Desde fuera, parece devoción, pero el Señor mira más allá de la apariencia: "Estas personas han hecho de su corazón un altar de ídolos." No se trata de estatuas, sino de lealtades ocultas, de corazones divididos.   La idolatría no es algo antiguo. Vive donde damos más valor, más confianza o más temor y reverencia que a Dios. Se viste de éxito, placer, control, apariencia. No grita. Se acomoda en silencio. Pero Dios no comparte el trono, no porque sea inse...

No más migajas, ven al banquete

  ¿Te has puesto a pensar que actualmente vivimos como mendigos del alma? Nos sentimos satisfechos con lo que no nutre y entretenidos con lo que no transforma. Como dijo C.S. Lewis, somos niños felices haciendo pasteles de barro en un basurero, incapaces de imaginar el gozo de un océano. Y si, así estamos: ciegos a la plenitud, acostumbrados al vacío.   En el pasaje de hoy, Isaías nos sacude con un llamado celestial. Dios clama en medio del mercado ruidoso de este mundo, donde todo se compra y se gasta, pero nada llena: "¡Vengan, sedientos! ¡Vengan, aunque no tengan dinero! Coman. Beban. Sin costo." Esta es una invitación para los que ya no tienen nada... pero siguen teniendo sed.   Luego en el versículo 2, como quien despierta a quien estaba dormido, Isaías lanza esta pregunta que atraviesa toda alma honesta: " ¿Por qué gastan dinero en lo que no es pan, y su salario en lo que no satisface?" ¿Por qué seguimos invirtiendo nuestras fuerzas en lo que nos deja rotos, c...

¿La palabra de Dios tiene un verdadero impacto?

  ¿Alguna vez te has sentido desanimado porque la palabra de Dios que compartes con otros parece no tener un impacto ni hallar cabida en su corazón ni en su mente? Y nos preguntamos: ¿será que la estoy comunicando adecuadamente? ¿No es el momento oportuno? ¿Estarán aprendiendo algo? Tenemos la tentación de pulsar el botón de pausa y esperan un momento en el futuro que quizás nunca llegue. Si te sientes así, haz caso a las palabras de Pablo hoy.  El apóstol Pablo estaba ocupado pastoreando una iglesia en Éfeso, el centro del comercio y una guarida de iniquidad. Se podría entender que Timoteo, se sintiera, de vez en cuando, desanimado. Sin embargo, Pablo lo anima con esperanza y le dice que "permanezca firme" en lo que ha aprendido.  Pablo le recuerda a Timoteo que las influencias de sus primeros años de vida han marcado el camino de su madurez. Sin duda, su madre y su abuela tendrían momentos de incertidumbre en cuanto a si sus palabras caerían en buena tierra, al sembrarl...